NUESTRA JORNADA

Vivir es una jornada. Como en toda jornada llevamos nuestras maletas con las experiencias de nosotros, de nuestra familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo y hasta desconocidos, cada quien con su propia vida, sus emociones, experiencias, aciertos y desaciertos; y consciente o inconscientemente allí compartiendo con nosotros.

En momentos importantes de nuestra vida, de decisiones, o de disfrutar la vida abrimos nuestra maleta, escuchamos sus voces, sus experiencias. El problema surge cuando queremos ser o hacer igual o mejor que ellos.

Vivir es aprender, paso a paso sin prisa, es echar raíces, es conocerse a sí mismo, es reconocerse como un ser único, irrepetible, aceptando limitaciones, miedos e incertidumbre, trabajando en ellas con optimismo, resolución, valentía, reconociendo y valorando nuestros aciertos.

No confiamos en nuestra propia voz, evitamos mirarnos en nuestro propio espejo, negándonos a ver cuánto crecimos, la grandeza que tenemos, lo que significamos para la propia vida. Queremos reflejarnos en el espejo del otro, nos convertimos en sus sombras, solo queremos ser como el otro y el resultado es la frustración, el fracaso, porque nos negamos a ser nosotros mismos. Nos olvidamos de nuestra propia identidad y nos convertimos en uno más de una masa humana que quiere que actuemos de acuerdo a sus parámetros.

Cada quien tenemos que aprender a vivir nuestra jornada. Este proceso es diferente al de los otros. Esto no significa que somos menos o más inteligentes que los demás, significa que cada uno tiene su propio proceso, tiene su propia inteligencia emocional, su propio desarrollo y lo que para unos es fácil conseguir para otros no lo es y lo que para otros no lo es, si lo es para los demás. En ello está la riqueza de nuestra humanidad, en aprender a confiar en nosotros mismos. Cada quien libra sus propias batallas. Cada uno sin excepción tiene sus propios logros y sus propios miedos, stress e incertidumbre.

Lo que nos diferencia uno de otros es como usamos estos sentimientos, si los usamos para inmovilizarnos o para someter a otros por temor a su propio potencial, o los usamos como trampolín para avanzar y construir.


Vivir es una experiencia nueva de cada día, maravillosa o dolorosa, con nuevos retos, avances y dificultades. Nuestra valía esta en no quedarnos en lo que nos detiene sino en seguir adelante. Es importante tener en cuenta la experiencia de los demás, sin embargo es más importante aun nuestra propia voz interior. Las dificultades, los problemas son los que nos enseñan a ser valientes, buscando soluciones por ello bienvenido problema, bienvenida dificultad, bienvenido reto. La vida es tarea de emprendedores, de valientes, de decididos, de verdaderos seres humanos que ve cada circunstancia como una oportunidad de crecer. Nosotros somos parte de ellos.